Calentando motores para el nuevo curso

Las vacaciones estivales van acabando y toca la vuelta a la rutina, especialmente para las familias con peques de por medio. Vuelta al cole, revisión del estado de la ropa, compra o arreglo del babero, materiales escolares, libros...

La verdad es que cuando era pequeña, la vuelta al cole me llenaba la barriga de mariposas, ilusionada y a la vez nerviosa por lo que el nuevo curso escolar me depararía. Pero me encantaban los preparativos. El olor a libro nuevo, la tarde forrándolos, la preparación de todos los materiales que nos pedían...lápiz, goma, estuche, una libreta para apuntar los deberes para casa...

Las cosas quizá hayan cambiado en algo, pero tampoco en demasiado, y aunque nos quejemos, el hecho de mantener una rutina en nuestro día a día nos permite mantener en orden nuestra vida, cosa que no quita que nos la saltemos siempre que nos dé la gana, la vida está para eso, para hacer travesuras de vez en cuando.

Pero a lo que iba, porque la vuelta al cole puede ser muy bonita vista con ojos de niño pero desde una perspectiva adulta puede ser aterradora, por los gastos que genera y por el ajetreante ritmo de horarios, no sólo de actividades escolares y extraescolares, sino también de organización familiar. Las comidas tienen que medio preverse y ser sanas sin que nos tiremos todo el día cocinando.

Bien, pues os digo una cosa, disfrutad de todo ello, saboread el camino, porque estos momentos de vuelta a la rutina son momentos que no repetirán. Los peques crecen, se vuelven más independientes y, algún día, quizá recordéis con nostalgia esos pequeños follones mañaneros. 

Carpe diem ;-)

¡Feliz comienzo de curso a todos/as!


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