Si os gustan las infusiones, aprovechad ahora que la temporada de naranjas y mandarinas acaba para haceros con un bote de provisiones para las infusiones de verano con naranja y mandarina (ojo, que pueden ser frías y muy refrescantes, para ello la hacéis normalmente y luego la dejáis enfriar y la metéis en la nevera).
Lo único que os hará falta es lo que habitualmente tiramos, la cáscara, así que de este modo aprovechamos al 100% estos frutos.
Yo la he hecho con estas naranjas y mandarinas ecológicas, lo que me deja aún más tranquila, pero si no las tenéis a mano, lavad bien la cáscara y os sigo contando cómo hacerlas.
Lo primero es quitar la pulpa de la naranja o de las mandarinas. Para ello, o bien os las coméis o hacéis un zumo e igualmente guardáis las cáscaras.
Una vez tenemos las cáscaras libres de pulpa vamos a ir cortándolas, primero en tiras y a su vez esas tiras en cuadrados chicos.
Cuando ya esté toda la cantidad que queráis preparar bien picada hay que dejarlas secar, bien al aire o en el horno a baja temperatura (podéis aprovechar el calor residual del horno después de otro uso para secarlas).
Se trata en definitiva de deshidratarlas para que no se nos estropeen y se conserven durante más tiempo.
Una vez bien secas ya las podéis guardar en un tarro bien cerrado y usarlas siempre que queráis para haceros una infusión de naranja o simplemente aromatizar vuestro té.
Yo por ejemplo las uso con té verde y la infusión queda muy buena.
Animaos, tiramos más de lo que debiéramos.
Feliz lunes.
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