Ambientador natural

Si tenéis la suerte de tener un limonero, naranjo, mandarino o pomelo (bueno, de la familia ;-) ). Tenéis uno de los mejores ambientadores naturales que ha dado la madre naturaleza, sin químicos y ecológico.

Yo tengo la suerte de tener un mini arbolito en mi terraza, y aunque de momento no lleva más que un limón en marcha (por culpa de una plaga de cochinilla que tuvo) y muchas flores, he podido aprovechar para hacer este truco que hoy os cuento. Porque hojas tiene muchas y por quitarle algunas no le pasa nada. 

En mi caso, he aprovechado para talarlo un poco (bueno, como es muy chico, sólo le he cortado algunas ramitas para darle algo de forma, la verdad) y con las hojas recaudadas, que ya impregnaban de por sí la estancia he hecho lo siguiente.

Si conocéis el árbol y sabéis que no está fumigado, podéis emplear sus hojas tal cual. Si no, lavad bien las hojas primero para no evaporar productos químicos.

Se trata de seleccionar algunas hojas e introducirlas en el horno. Si ya lo habéis empleado y todavía guarda calor residual, no hace falta ni que lo encendáis, ponedlas sobre la rejilla y veréis como en pocos minutos la casa se ha inundado de un agradable aroma a cítricos. 

Si por lo que sea, basura u otros, notáis que la casa huele mal, probad a hacerlo. En instantes desaparecerá el mal olor sin necesidad de enchufar nada y sin químicos potencialmente perjudiciales.
Además, si no queréis encender el horno, también lo podéis hacer introduciendo las hojas en agua hirviendo como si fueseis a hacer una infusión. El agradable olor recorrerá de inmediato vuestra casa.

¡Os mando una sonrisa!