Flor de crochet sin crochet

No, no me he confundido con el título. Es simplemente que, la labor que vamos a hacer hoy puede parecer de crochet pero, en realidad, no lleva nada de crochet.

Es tan fácil que creo que puede ser una idea genial de cara a iniciar a los más peques de la casa en su contacto con el mundo de las labores, porque aunque no es propiamente ganchillo, sí que les puede meter el gusanillo en el cuerpo y aportarles esa ilusión por aprender.

Este es el resultado.

Y estos los sencillos materiales que necesitamos:

• Un lápiz.
• Un trozo de cartón (yo he recurrido a un trozo de una caja de cereales).
• Unas tijeras para manualidades.
• Un par de ovillos de colores diferentes.
• Una aguja lanera, aunque también lo podemos hacer sin ella.
• Unas tijeras de costura

Convencida como estoy de que los tenéis por casa... vamos al lío.

Lo primero es hacer la plantilla en nuestro cartón.

Para ello, usando algún elemento redondo que tengamos por casa, marcamos la forma. Tened en cuenta que según lo grande o chico que sea el círculo así os quedará la flor, a mayor tamaño, mayor flor y viceversa.

Después, vamos a dibujar unas pestañitas, unos pequeños cuadrados que deben estar emparejados, me explico, si hacemos una arriba, hacemos otra en la diagonal de abajo y así con todas, de manera que queden repartidas uniformemente. Estas pestañitas delimitarán los pétalos de nuestra flor. Por ello, a más pestañas, más pétalos tendremos, y a menor número, menor número de pétalos (espero estar explicándome bien).

Una vez lo tenemos a nuestro gusto, hacemos un agujero en el centro, pues después nos servirá para atar toda nuestra flor.

Seguimos ahora con los pétalos.

Cogemos el color deseado para nuestra flor y, dejando un cabo del ovillo un poco más largo, vamos enganchando la hebra en las pestañas de nuestra plantilla, pasamos por una, y nos vamos a la opuesta del otro lado, pero siempre desde la misma cara de la plantilla, nada de cruzar por detrás. Así hasta que hayamos pasado por todas las pestañas al menos un par de veces. Entonces, cortamos la hebra y con la que dejamos más larga al principio hacemos un nudo y cortamos los flecos sobrantes.

Bien, ya tenemos los pétalos de nuestra flor, vamos ahora a por el botón central.

Yo he querido cambiar de color, creo que eso le da más alegría  al resultado, pero si queréis podéis seguir usando el mismo ovillo. Yo lo he hecho con aguja lanera, pero también se puede hacer directamente con las manos. 

Dejamos un primer cabo un poco más largo y comenzamos a cruzar la hebra entre los huecos de las pestañas, entre una y otra, es decir, entre pétalo y pétalo. Vamos pasando desde delante hasta atrás, apretando bien para asegurar nuestra labor (por eso hicimos el agujero en el centro). Cuando ya hayamos asegurado todos los pétalos, cortamos y atamos esta última hebra con la primera que dejamos más larga. 

Una vez asegurado, vamos doblando ligeramente las pestañas para liberar los pétalos de nuestra flor, que ya estará lista.

Las posibilidades de uso son tantas como las que vuestra imaginación dé a entender. Unidas a un alambre, podemos usarlas dentro de un jarrón para decorar. Pegadas sobre una cartulina, podemos dibujarles un tallo y unas hojas y enmarcarlas para una habitación infantil... O también podemos usarlas como os sugiero a continuación:

Espero que os haya gustado esta fácil y rápida labor y que la empleéis vosotras o con vuestras hijas, seguro que les encanta la idea.

Os envío una sonrisa.