Hoy vamos con una receta de galletas, pero no dulces, que de esas ya hemos visto en alguna que otra ocasión, sino saladas, para acompañar un buen aperitivo o incluso como sustitutivo del pan en un momento dado. Si alguien ha estado en Mallorca sabrá que allí son muy típicas unas galletas saladas como las que comento, en otras zonas se ven más los picos o las regañás, pero allí son las galletas Quely. Así que si las probasteis y os gustaron o si os quedasteis con ganas de más o simplemente os pueden venir bien, no os perdáis esta fácil receta con la que obtener muchas minigalletitas.
Vamos con los ingredientes:
400 ml de leche.
350 ml de aceite de oliva.
800 gr de harina (aproximadamente).
20 gr de levadura prensada.
1 cucharadita de sal.
1. Comenzamos disolviendo la levadura en la leche.
2. La movemos hasta que quede perfectamente integrada.
3. A continuación echamos la leche con la levadura disuelta en un recipiente grande.
4. Y añadimos la cucharadita de sal mezclando con la leche.
5. Ahora, agregamos al recipiente el aceite.
6. Y finalmente la harina.
7. Ya os habréis dado cuenta en el listado de ingredientes que pongo aproximadamente 800 gr de harina. Y es que, en fin, igual, si se os queda una masa muy pegajosa, deberéis añadirle algo más de harina. A mi con esas cantidades me ha venido perfecto.
8. Amasamos, ya no con cuchara sino con las manos, hasta que todos los ingredientes queden perfectamente integrados, y la masa quede sin pegarse a las manos.
9. A continuación extendemos la masa sobre la bandeja del horno, yo le he puesto papel de hornear para evitar que se peguen.
10. Y, ahora, con el molde que deseéis id cortando galletitas.
11. dejadles cierta separación, pero poca, porque aunque crecen no es de manera exagerada.
12. Yo, para hacer que se pareciesen más a las típicas galletas Quely, que tienen unos puntitos en el centro, les he hecho unos agujeritos con el tenedor, pero esto ya, a gusto del consumidor ;-)
13. Una vez las tenemos, cortadas sobre la bandeja del horno, las dejamos leudar ahí durante una hora. Este paso es importante, porque el tamaño que adquieran en esa hora de leudado es prácticamente el que conservarán.
14. Tras la hora de reposo las introducimos en el horno a 180º con temperatura arriba y abajo, y si tenéis, con ventilador. Durante unos 20 minutos.
15. El tiempo de horneado puede variar de unos hornos a otros, pero la idea es que queden doraditas.
16. Aquí os las muestro de más cerca.
Son unas galletas que quedan crujientes. Así que si no queréis que pierdan esa textura, una vez estén frías guardarlas en un recipiente hermético.
Ya veis que son muy fáciles de hacer y el resultado es espectacular. Os aseguro que si las hacéis una vez no podréis resistiros a hacerlas en más ocasiones.
Os mando una sonrisa.
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