Miel de caña y berenjenas

Advierto antes de empezar que al que le guste la miel no tiene por qué gustarle la miel de caña. 

Su sabor es mucho más fuerte pero aún así sigue siendo dulce (y no me pidáis más, si queréis saber más sobre ella tendréis que probarla, no se me ocurren tantos calificativos como a los enólogos :-s). 

Es muy típica de Málaga, donde se fabrica yo creo que en exclusiva dentro de España (si me equivoco corregidme). 

Aquí se emplea fundamentalmente en las berenjenas fritas con miel que a mi es un plato que me encanta, aunque la primera vez las probé con recelo porque, tendréis que reconocerme que el color de la miel es algo sospechoso. Pero no, están buenísimas, porque lo salado de las berenjenas con el dulzor de esta miel, que no es empalagosa, les confieren un punto agridulce estupendo.

Bueno, la receta en sí tiene poca explicación, pero os cuento un poco. 

1º lavamos las berenjenas que vayamos a emplear.

2º las cortamos en rodajas finitas y las sazonamos al gusto.

3º las enharinamos con harina de garbanzos (así quedan bastante crujientes, pero también se hacen mojándolas en una especie de papilla hecha de la mezcla de harina y agua).

4º las freímos en abundante aceite de oliva.

5º las sacamos sobre papel absorbente para escurran.

6º las servimos inmediatamente servidas con un hilo de miel de caña por encima.

* Si queremos sorprender un poco en la presentación, las berenjenas se pueden cortar a bastoncitos y servirse en un cucurucho acompañadas de un cuenco con miel de caña para ir poniéndose.

Aunque os he dado esta receta, comentaros que a mi me gusta esta miel también para añadírsela al yogur, que si es griego, mejor aún, y si encima le ponemos frutos secos ya ni os cuento. Probadlo y me contáis.