Ya decía en la entrada anterior que el escaparate, o la fachada de una tienda, es fundamental a la hora de atraer clientes. Y muchas veces pensar en ello agobia por no saber muy bien cómo plantearlo. Y es que en ocasiones los árboles no nos dejan ver el bosque, porque hay sencillos detalles que, sin generarnos un desembolso destacable, suponen ese punto diferenciador con los negocios colindantes.
Aquí os dejo algunos ejemplos:
¿Se las ponemos para llevar? No me digáis que esta bicicleta repleta de ensaimadas no es algo bonito junto a la pastelería que las vende.
Y ¿qué me decís de esta otra bicicleta? En esta ocasión está suspendida sobre la entrada principal de una tienda donde arreglan bicicletas. Así no cabe duda.
Como ya os he dicho, no es cuestión de gastarse mucho dinero. Unas macetas sobre una pila de cajas de fruta flanquean la entrada a esta otra tienda. No me digáis que no queda original y bonito a la vez, y no le calculo más de 4 € (por las macetas, vamos, porque cajas de este tipo se las pides al frutero y te las da encantado).
Y con plantas seguimos. En esta ocasión dos macetas colgadas de la fachada nos dan la bienvenida a esta tienda.
¿Que vendes? ¿Zapatos? Pues por qué no hacer uno bien grande y colgarlo fuera. Así se disipa cualquier duda, ¿no crees?
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