Saber distinguirse y llamar la atención del viandante es casi tan importante como lo que se vende.
Ya comenté en anteriores entradas que tan importante es la parte interior de la tienda que se muestra al exterior como la propia fachada.
Y un elemento indispensable en cualquier fachada de negocio es una cartelería adecuada y acorde con lo que se vende dentro. Al pasar debe captar nuestra atención e incitarnos a entrar, bien porque en el cartel se anuncie aquello que buscamos o bien porque sea llamativo y despierte nuestra curiosidad sobre lo que nos aguarda dentro.
En el caso de hoy, los carteles que traigo si llaman la atención es precisamente porque su carácter antiguo les confiere personalidad propia y destacan más si cabe que un cartel luminoso. Tiendas de toda la vida, con clientela fija, con buen trato, donde uno se siente como en casa y donde encuentra cosas únicas y distintivas, eso es lo que transmiten estos carteles. Sabiduría apoyada en el tiempo y saber estar y mantenerse a pesar de la que está cayendo, que no es poco.
Desde luego buscar un buen nombre de negocio, atractivo, no muy usado, que llame la atención pero que la enfoque hacia el producto que queremos y que invite a entrar, es algo que no se puede poner a la ligera pero, tal vez, ante la duda y falta de "ideas geniales", lo mejor sería recurrir a la idea primigenia, poner el nombre de aquello que vendes, sin muchos más adornos. A veces menos es más ;-)
Desde luego buscar un buen nombre de negocio, atractivo, no muy usado, que llame la atención pero que la enfoque hacia el producto que queremos y que invite a entrar, es algo que no se puede poner a la ligera pero, tal vez, ante la duda y falta de "ideas geniales", lo mejor sería recurrir a la idea primigenia, poner el nombre de aquello que vendes, sin muchos más adornos. A veces menos es más ;-)
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