Dicen que un pesimista es un optimista bien informado, o tal vez sea un cerebro dispuesto a sobrevivir a todos los peligros a los que le expondría una mente optimista.
Aunque lo que acabo de decir parezca un poco enrevesado, está ya más que probado que si para tener un cuerpo en forma hay que entrenar, también hay que hacerlo para tener una mente en forma, sana. Y, si rascamos un poco en todo este asunto, muchas veces, ambos aspectos van de la mano, como se suele decir mens sana in corpore sano. Y es que el organismo al practicar ejercicio segrega endorfinas, beneficiosas para una actitud positiva ante la vida.
Al margen de la parte física, lo cierto es que podemos hacer ejercicios mentales entrenando, al fin y al cabo, a nuestro cerebro a captar lo positivo y a generar optimismo.
Hace ya algunos días publicaba un post, En busca de la felicidad, que ha tenido bastante éxito de visitas, y es que en ocasiones no sabemos cómo alcanzar esa anhelada felicidad. Bien, en la entrada de hoy, daremos también un pequeño pasito para ir poco a poco logrando esa felicidad personal.
Seguro que cada una de vosotras ha vivido momentos en la vida que, por un motivo u otro ha querido que quedaran grabados en la mente porque los asociamos a un momento de gran felicidad, relajación o alegría. Bien, pues si como creo, eso es así, ya tenéis hecho la mitad de un ejercicio que os quiero proponer ;-)
¿Listas?
- Bueno, si tenéis ese recuerdo a mano, tirad de el. Si no tenéis ninguno, pensad en algo que queráis lograr en un futuro próximo o en alguien que admiréis positivamente.
- A continuación, relajaos fijando vuestra mente en ese pensamiento y asociadlo a un color ¿que a cuál? Al que primero os venga a la mente, seguro que mientras os preguntáis que a qué color ya os ha aparecido uno ¿verdad?
- De acuerdo, visualizad ese color y ese pensamiento positivo durante unos segundos.
- Después, tratad de encontrar ese color en telas, cartulinas y otros elementos y colocadlo por vuestra casa o trabajo, es decir, por zonas en las que soláis estar. Inconscientemente, cada vez que veáis ese color, os vendrá a la mente ese momento positivo al que habéis asociado el color.
En mi caso el color es el azul cielo y lo asocio a un momento muy relajante y sin estrés. A unas vacaciones y, más concretamente, a flotar haciendo el muerto relajadamente en el mar mientras veía el cielo azul. En aquella ocasión traté de guardar ese momento en mi recuerdo y cuando estoy un poco estresada, tiro de el y es como si aquella relajación volviera a mi cuerpo, volviendo a adoptar una actitud mucho más positiva y optimista frente a la tarea.
Y es que como señalaba al comienzo de este post, cuerpo y mente están tan relacionados que si lo trabajamos podemos somatizar emociones positivas o colores asociados a estas.
Probad. Añadid un poco de positivismo a vuestra vida (¿cuál es vuestro color?).
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