Lo de que no reciclamos tanto como podríamos es algo que se hace patente en la entrada de hoy. Hace unos días, una lectora del blog me preguntaba qué podía hacer con las chapas de los refrescos que guardaba y, la verdad sea dicha, he visto cosillas por ahí pero nunca he hecho nada con ellas. Bueno, pues me puse a investigar un poco y, de verdad de la buena que ahora las voy a guardar para hacer alguna de estas cosas tan bonitas, no os las perdáis.
Pintando las argollas o sin pintarlas, usando tela u otros complementos, lo cierto es que quedan preciosas porque, la verdad es que la forma misma de estas ya recuerda en parte a la de las matriuskas.
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Pintando las argollas o sin pintarlas, usando tela u otros complementos, lo cierto es que quedan preciosas porque, la verdad es que la forma misma de estas ya recuerda en parte a la de las matriuskas.
Usadas como broche, unidas a un colgante, como imán o, por qué no, como detalle en un baby shower, resulta sorprendente el potencial de estas anillas.
Pero que nadie se llame a engaño, usar elementos reciclados en nuestro look no está reñido con la elegancia y como ejemplo estos lindos collares y pulseras. Sencillos y visualmente contundentes, seguro que no pasan desapercibidos.
Y es que este tipo de elaboraciones, nada complicadas aunque sí algo laboriosas, dan para mucho. Desde luego, para lo que más dan es para desarrollar la imaginación. Yo me he quedado sorprendida con estos pendientes tan urbanos :-D
Pero como digo, estas chapas dan para mucho, también para lámparas, bolsos, carteras... ¿hasta dónde llega tu imaginación?
En fin, espero haberos dado algunas ideas a las que tenéis muchas chapas y no sabéis en qué invertirlas. Yo seguro que a partir de ahora me guardo más de una para ir investigando ;-)
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