Ya sabéis de mi afición por fijarme en cosas peculiares y, viajando, una de ellas es los mercados. Me encanta visitar los mercados de otros lugares porque te dan idea del modo en que vive allí la gente. Somos lo que comemos, se suele decir, pues bien, veamos cómo son los vieneses, porque nos vamos a llenar la cesta ;-)
Desde luego, me fascina la cantidad de encurtidos extraños que tienen, bueno, extraños para mi, tienen cantidad de verduritas de todo tipo rellenas con quesos o quesos recubiertos con jamón y otras exquisiteces.
Me llamó la atención que, al menos en el mercado que yo visité, tenían varios puestos en los que vendían pasta fresca rellena con todos los rellenos posibles, además, también te vendían las diversas salsas con la que acompañar dicho almuerzo.
Pero en fin, se veía de todo, desde cestas donde portar la compra o donde recoger setas, hasta preciosas y multicolores flores, pasando por el picoteo dulce y salado.
Lo que sí me sorprendió es que, a pesar de tener fama por su repostería, ahí está esa tarta Sacher que doy fe que les queda inigualable, en el mercado no había puestos de pasteles. Los dulces que vendían eran mayoritariamente fruta deshidratada y variedades de halva (un dulce a base de sémola tradicionalmente más presente en la cocina indú, pakistaní o persa que en la austriaca) que, por cierto, tampoco es demasiado dulce.
También me resultaron curiosas algunas variedades de verdura que allí parecen ser de do más común y que sin embargo por donde yo vivo es raro ver salvo en apartados gourmet, como las zanahorias amarillas y moradas, o las patatas moradas.
En cuanto a la fruta, más que fresca se suele ver deshidratada y tienen de todo, piña, plátano, albaricoques, melocotones, fresas, arándanos, kiwi, manzana... en fin, todo tipo de fruta, pero seca :-S
Pero lo que más había, con diferencia, eran puestos de encurtidos. Variedades de aceitunas, toda clase de pimientos rellenos con quesos y otras pastas. Y salsas multicolores para acompañar dichos encurtidos (o para untar en el pan, añado yo :-D).
Visto esto, deduzco que los vieneses son gente sana, de cenas ligeras y rápidas, que adoran la pasta y que disfrutan de adornar sus estancias con bonitas flores, llevando a casa lo que el duro invierno les priva de ver, pero vamos, que cada cual sacará sus conclusiones, imaginar es libre ;-)
Feliz domingo.
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