En esta ocasión he hecho estos zapatos para cuya suela he reciclado la piel de un viejo bolso. Aunque si os va más el ganchillo aquí os dejo el enlace para otros zapatitos que hicimos de ganchillo hace tiempo.
Si os gusta, os sigo contando.
Esta es la plantilla que he empleado, siento no poder ofrecerla en PDF pero, teniendo la silueta, quizá podáis adaptarla a la medida que deseéis.
Aquí os dejo estas tablas de medidas para zapatos de bebé en función de los meses, espero que esto ayude:
Una vez hemos dibujado la plantilla, para poder traspasarla a la tela, la recortamos. Fijáos que en todas las piezas os muestro la dirección que debe tener el hilo del tejido, para que luego queden bien, y también el número de piezas de deberéis cortar sobre la tela.
Estos son los materiales que yo voy a emplear por ahora, la tela del zapato en sí y otra tela más finita que será la que me va a servir para hacerle un forro y que queden mejor rematados. Además, como os he comentado, para hacerles la suela he empleado la piel de un viejo bolso.
Bueno, pues manos a la obra, marcamos la suela (si tiene forma de pie izquiero y derecho tened en la precaución de marcar una vez con la plantilla del derecho y otra con la plantilla del revés).
Y marcamos el resto de plantillas. Así, tenemos dos empeines (más sus dos empeines de tela de forro), dos suelas (aunque no lo pensé, después decidí forrar igualmente las suelas, así que también corté dos retales idénticos para forrar las suelas) y dos traseras (con sus dos traseras hechas con la tela de forro).
Ahora, para darle más cuerpo al zapato, he decidido pegarle un poco de tela de friselina fina (porque las hay que dan mucha más consistencia) aplicándole calor con la plancha.
Se lo he aplicado tanto al forro del empeine como al de la trasera.
Ahora llegó el momento de coser. Para ello enfrentamos el tejido con su forro, derecho con derecho, y cosemos dejando un pequeño margen para darle la vuelta.
Aquí veis ya todas las piezas cosidas, pero como quizá apreciéis, a todas les he dejado un margen sin coser para darles la vuelta.
Listo, ahora ya sólo tendremos que rematar con puntada escondida esos trocitos.
Ya tenemos las piezas a punto para unirlas a la suela.
Ahora, hacemos el montaje del zapato sobre la suela pero todo del revés, es decir, las rallas que se ven aquí serán el forro después y, como veis la suela de piel está aquí dentro.
Con tranquilidad y tratando de coser lo más al filo posible, le damos la vuelta al zapato cosiéndolo.
Ahora ya sólo toca darle la vuelta.
Como apreciaréis, quedan dos piquitos que son los que montan sobre el empeine. Bien, yo he decidido coser uno de los lados al empeine, pero par el otro lado, y para facilitar la labor de meter el pie del bebé, he optado por ponerle un botón que engancharé con un elástico.
Para que este elástico quede lo más oculto posible, lo voy a coser tal como muestro en la imagen. He hecho una pequeña lazada y es la que voy a coser.
Por último, cosemos el botón a la altura deseada, de manera que quede más o menos simétrico respecto al otro lado, al que habíamos cosido.
Bueno, y he aquí el resultado. Espero que os guste tanto como a mi.
Y, si yo que no tengo niños me permito el lujo de hacerlos... la que esté esperando un bebé o un sobrino, que no se lo piense, es muy gratificante.
Os mando una sonrisa.
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