Si estáis cansadas de las típicas hamburguesas o si os sientan regular... no dudéis en probar estas deliciosas hamburguesas de lenteja, las repetiréis en más de una ocasión, creedme.
Se preparan en 20 minutos y se pueden congelar para ir sacándolas cuando más convenga. 100% vegetales, riquísimas, con mucho hierro y proteínas ¿qué más se puede pedir?
Os sigo contando, porque los ingredientes son bien sencillos:
1 bote de lentejas.
3 zanahorias grandes.
1 cebolla grande.
1 pequeña cabeza de ajos.
1 taza de habichuelas verdes (en realidad podéis echarle las verduras que más os plazcan, yo tenía estas por casa y con ellas las he hecho, ya veis que incluso las tenía congeladas).
1 cucharadita de pimienta.
3 cucharaditas de curry.
1 cucharadita de sal.
Comenzamos pelando las zanahorias y picándolas muy chiquititas. Si tenéis un robot de cocina, os facilitará mucho la tarea.
Hacemos lo mismo con las habichuelas, la cebolla y los ajos.
La misma operación hacemos con las lentejas. Escurrimos bien el bote y las echamos en el robot de cocina para picarlas. Aquí, entra en juego el gusto de cada cual. A mi me gusta picarlas pero no demasiado. No me importa que quede alguna que otra un poco más entera pero, como os digo, picadlas a vuestro gusto.
Una vez picadas, las reservamos.
Ahora, las verduras que habíamos picado las agregamos, todas juntas, en una sartén con un poco de aceite. Las rehogamos hasta que queden tiernas y pochadas.
Ahora es el momento de agregar la sal, el curry y las lentejas que habíamos reservado.
Y movemos todo muy bien hasta que todos los ingredientes queden bien mezclados.
Es el momento de retirar la masa que nos ha quedado a un recipiente.
Agregamos la pimienta, mezclamos bien y comenzamos ya a darle forma a nuestras hamburguesas.
Ahora, y aunque es opcional, a mi me gusta empanarlas antes de pasar a freírlas un poco. Digo un poco porque pensad que todos los ingredientes están ya cocinados.
Y listo, ya tenemos nuestras deliciosas hamburguesas de lentejas.
Como acompañamiento, un poco de salsa de tomate casera y unas patatas fritas, sencillamente irresistibles.
Espero que os animéis con ellas y me contéis qué tal os parecen.
Os mando una sonrisa.
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