He de confesar que la fruta no es mi fuerte y que me cuesta bastante tomarla. Cuando tengo hambre entre horas, lo último que se me pasa por la cabeza es coger una pieza de fruta. Por ello, yo misma tengo que forzarme a comerla porque, aunque verdura como toda la que se me ponga por delante, reconozco la fruta es muy necesaria.
Así que ideo formas de verla con mejores ojos porque, como bien dicen, se come antes con el ojo que con la boca.
Con ese fin me puse un día hacer estas fáciles y divertidas brochetas. Y os puedo asegurar que cayeron todas. Y más ahora con las calores que vienen, os aseguro que si las preparáis triunfaréis.
Vamos con el paso a paso, aunque ya os adelanto que acabaremos rápido.