Febrero es así: Galletas de Jengibre

Tenía muchas ganas de hacer estas galletas desde hace tiempo, pero no tenía su receta. Afortunadamente hoy en día contamos con medios para conseguirla, así que, haciendo una remezcla de varias recetas, me hice con ella, la probé, quedó genial y por eso hoy os la traigo por si las queréis hacer para regalar a los invitados que tengáis en estos días. Yo las hice para regalar a las compañeras del trabajo en la comida pre navideña y también para la familia.

¿Os apetecen? Vamos allá con la receta.

Ingredientes (salen aproximadamente 4 bandejas de horno de galletitas):

500 gr de harina de trigo.

250 gr de mantequilla.

200 gr de azúcar moreno.

1 cucharada sopera de miel.

1 cucharada mediana de levadura.

2 cucharadas de canela.

2 cucharadas de jengibre en polvo.

1/2 cucharadita de clavo en polvo.

1 cucharada de nuez moscada.

1 huevo.

1 cucharada de polvo de naranja (opcional).

En un bol tamizamos la harina para que no quede ningún grumo o impureza. A continuación echamos todos los ingredientes sólidos (todas las especias, la levadura y el azúcar).

Mezclamos bien.

Yo también le he puesto una cucharada de polvo de naranja (aquí vimos cómo hacerlo), pero eso es opcional.

Añadimos ahora la miel, el huevo batido y la mantequilla (a temperatura ambiente).

Comenzamos a mezclarlo todo hasta obtener una masa no excesivamente pegajosa, como se ve en la imagen.

Ahora ya sólo tenemos que colocarla sobre papel de hornear.

Y estirarla con un rodillo hasta dejarla con un grosor de unos 3 ó 4 mm. Procurad que sea uniforme y que tenga la misma altura por todas partes pues si no unas galletas se os harán muy pronto mientras que las otras todavía estarán crudas.

Ahora toca la parte más divertida en la que los niños/as seguro que se ofrecen voluntarios a participar.

Vamos cortando las galletas con cortapastas, sí, ya sé que nos son las formas más típicas para estas fechas :-/ , pero los cortapastas de Navidad recordé que los tenía mi madre cuando ya estaba metida en faena, así que, usé las que tenía por casa (aunque al sabor no le influye para nada la forma ;-) ).

Cuando las tengamos, ¡dato importante!, debemos introducirlas en el congelador más o menos 1/2 hora. Con esto logramos que al hornearlas no pierdan demasiado la forma. Así que... al congelador.

Mientras tanto, vamos precalentando el horno a 180ºC por arriba y abajo (con ventilador, la que tenga).

Transcurrido el tiempo de enfriado, las depositamos directamente sobre la bandeja del horno con el papel antiadherente y las horneamos hasta que estén doradas a nuestro gusto, en mi horno han tardado 10 minutos, ya sabéis que de un horno a otro pueden variar los tiempos, pero vamos, que no os alejéis demasiado de la cocina.

Cuando las saquéis estarán todavía un poco blandas, dejadlas enfriar unos minutos en la propia bandeja y luego traspasadlas a una rejilla si tenéis o depositadlas sobre una superficie fresca. En pocos minutos estarán completamente frías.