Esta receta es de esas que creí que nunca os iba a presentar, más que nada porque, aunque me gustan los garbanzos, no me imaginaba comiéndolos fríos y en una ensalada, siempre pensé que estarían, no sé, malos (sí, la verdad es que es lo que pensaba); pero para eso están las ocasiones en la vida y, una vez, estando fuera de casa, tuve que comerla y, desde entonces, me volví fan de la misma.
Así que, os la traigo casi por casualidad pero a la vez convencidísima de que os va a gustar. Especialmente ahora que llega el veranito y se puede tener hecha con tiempo y guardada en la nevera, ideal para la vuelta de la playa o la piscina; además de que se prepara en un momento. Un plato nutricionalmente muy equilibrado que aporta azúcares de lenta liberación, tan de moda últimamente (ya veis que todo está inventado ;-) ).
Estos son los ingredientes:
1 bote de garbanzos (yo empleo estos, pero podéis usarlos de los secos teniéndolos en remojo la víspera y quizá dándoles un pequeño hervor).
1/2 bote de pimientos de piquillo en tiras.
1 cebolla pequeña.
1 huevo.
1 envase de unos 150 gr de jamón serrano picado chico (se puede sustituir por unas latas de atún, quien lo prefiera).
El jamón, como os comento, ya está muy picado, así que vamos a picar, lo más chico posible, el resto de ingredientes. Empezamos hirviendo el huevo.
Y una vez que tenemos los pimientos, el huevo y la cebolla picados.
Preparamos los garbanzos en una fuente.
Ahora les agregamos los ingredientes y mezclamos bien.
Ya está lista, ahora un chorrito de un buen aceite de oliva y lista para comer. Aunque os recomiendo dejarla un par de horas previamente en el frigorífico.
¡Buen provecho!
¡Qué delicia! Lo intentaré pronto :)
ResponderEliminarClaro Paola, espero que te guste tanto como a mi. Ya me cuentas ;-)
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